Viento de cambio en la #COP25

COP25

Niños y niñas dibujan un futuro sin contaminación y cuentan a sus profesores y profesoras qué hacen cada día para ahorrar agua o no malgastar electricidad

Madrid / 13 de diciembre de 2019

Aire positivo, limpio y renovado. Es lo que se respira en la #COP25. Basta con acercarse hasta IFEMA para darse cuenta de que la lucha contra el cambio climático no solo se ha colado en las agendas de los políticos y en los titulares de prensa, sino que ha calado en los ciudadanos, que se acercan hasta la Feria de Madrid con el fin de conocer de primera mano las iniciativas de gobiernos, empresas y asociaciones para hacer frente a la emergencia climática.

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Solo unos pocos pueden visitar la zona azul, el espacio reservado para mandatarios, empresarios y líderes mundiales, donde se llevan a cabo las reuniones de alto nivel y de donde -se supone- saldrán medidas concretas. Sin embargo, hay otro espacio más vivo destinado a la reflexión y la participación en el que la sociedad civil es la protagonista: la zona verde, más pequeña, pero con una implicación libre de ataduras.
Con un vistazo rápido a la Zona Verde de la COP25, el visitante se da cuenta de que la lucha contra el cambio climático tiene como principales impulsores los jóvenes
Con un vistazo rápido al espacio, el visitante se da cuenta de que la lucha contra el cambio climático tiene como principales impulsores a los jóvenes. Ellos inundan los rincones de la #COP25. Niños y niñas pintan un futuro sin contaminación, cuentan a sus profesores y profesoras qué hacen cada día para ahorrar agua o no malgastar electricidad; universitarios visitan stands de empresas de energía o de centros de investigación y tecnología pensando en su futuro laboral; y recién licenciados son voluntarios que cargan orgullosos la mochila de la COP a la espalda.
Sin vértices ni aristas como debe ser la protección del medio ambiente, este espacio abraza al visitante, al que se le invita a sentarse, a escuchar y a reflexionar.

El espacio central está dedicado al debate, desbordado por las próximas generaciones. Es el punto de encuentro para todos los que pasan por allí. En forma de círculo, sin vértices ni aristas como debe ser la protección del medio ambiente, este espacio abraza al visitante, al que se le invita a sentarse, a escuchar y a reflexionar. La pregunta no es qué puedes hacer tú, si no cuál de todas las posibilidades existentes para ayudar al planeta, no estás poniendo en práctica ya.

Hay tantas formas de ser sostenible que hasta las industrias más contaminantes tienen su versión más green, como es el caso de la moda o de la industria de la alimentación. Lo demuestran en la zona verde: una charla sobre la transformación de los sistemas alimentarios, una exposición sobre el trabajo de las mujeres rurales en América, una muestra de maniquíes con ropa sostenible o la presencia de pueblos indígenas y sus formas de vida sostenibles. Todas las iniciativas suman y dan visibilidad el paso delante de la sociedad contra el cambio climático.

Lo que uno hace dentro de la COP trasciende fuera. No sólo porque desde allí puedas llegar a plantar un árbol en la provincia de Teruel, sino por que cualquier visitante se marcha convencido de que el cambio está en uno mismo. Una metáfora del cambio es ‘Mañana’, un jardín compuesto por más de 30 tipos de plantas naturales y autóctonas, diseñado para ser reutilizable y fácil de transportar hasta su próximo destino. Su objetivo, es el mismo que el de la cumbre y el de todos nosotros: generar soluciones para hacer que nuestra sociedad sea más sostenible y humana.


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