La luz llega a las calles del campo de refugiados de Cox’s Bazar

SG Impact Project en Bangladesh

Madrid / 28 de enero de 2020

Algo tan cotidiano para la mayoría de los habitantes del mundo occidental como pueda ser la iluminación de las calles es, sin embargo, un bien de primera necesidad en otros entornos menos favorecidos. Hasta hace poco, esa era la realidad en los campos de refugiados rohingya de Cox´s Bazar, en Blangladesh. Pero en 2019, ACNUR ha trabajado junto a grandes colaboradores para instalar 1.000 farolas tanto en los asentamientos de refugiados como en las zonas de las comunidades de acogida. Gracias a la colaboración de Siemens Gamesa, se han podido instalar 30 farolas solares en Bangladesh, mejorando las condiciones de seguridad de 9.000 refugiados y, al mismo tiempo, se han promovido iniciativas sostenibles que cuidan el medio ambiente.

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El proyecto “Farolas solares en los campos de refugiados de Bangladesh”, en colaboración con el Comité español de ACNUR, fue propuesto por un empleado de Siemens Gamesa en la edición del programa Impact de 2020, con el objetivo de detener la deforestación, restaurar el medio ambiente o proporcionar seguridad a mujeres y a niñas, entre otras mejoras.

Los rohingya son una población étnica musulmana que huyen de la persecución violenta que están sufriendo en Myanmar (Birmania). Actualmente, más de 900.000 refugiados viven en este campo, lo que supone la mayor crisis de desplazamiento en el mundo en décadas. “Hablamos de verdaderas necesidades: de las comunidades bangladesís que generosamente han abierto sus puertas y de una población refugiada y apátrida que incluso antes de esta crisis era una de las más marginadas y en riesgo del mundo”, afirma Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.

© ACNUR. Farolas solares en el campo de refugiados de Cox´s Bazar, en Blangladesh

Debido a la gran afluencia de refugiados que se profundizó en 2017, ha habido poco tiempo para acondicionar un espacio con agua, energía o instalaciones sanitarias. En estas condiciones, las necesidades son inmensas, por lo que ACNUR trabaja para conseguir impacto en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. La instalación de las farolas solares también beneficia a la comunidad de acogida de estos refugiados. “Intentamos que la población autóctona de acogida se beneficie también de las infraestructuras que se hacen, ya que en muchas ocasiones los recursos de la población local son limitados. Esto, además, fomenta una convivencia pacífica entre ambos grupos”, explica Fernando Sevillano, responsable de Alianzas Estratégicas del Comité español de ACNUR.

 © ACNUR. Una de las farolas solares en el campo de refugiados de Cox´s Bazar en Bangladesh

La instalación de estas farolas solares facilitará que más familias puedan hacer vida fuera de los refugios y hogares después del atardecer, y que los niños tengan luz para estudiar, además de aportar seguridad durante la noche, entre otros beneficios. En definitiva, este proyecto permite que las familias se empoderen. “Son importantísimas las farolas solares que está instalando Siemens Gamesa. En primer lugar, porque son ecológicas, sostenibles y no alteran el medio ambiente, pero es que, además, para nosotros en ACNUR, la luz es protección en todos los sentidos y genera cohesión social entre las personas”, señala el presentador de televisión Jesús Vázquez, Embajador de Buena Voluntad de ACNUR, en un vídeo grabado para explicar este proyecto.

Uno de los puntos más importantes de la instalación de estas farolas es la seguridad que proporcionan a las niñas y mujeres de los campos de refugiados, realizando una importante labor de prevención de asaltos, agresiones y violencia sexual que impacta directamente en el objetivo número 5 de los ODS: Igualdad de género. “Me parece muy importante que iniciativas sostenibles que ayudan a cuidar el medio ambiente contribuyan a la igualdad entre hombres y mujeres, un tema que tenemos muy presente en la sociedad actual”, comenta el trabajador de Siemens Gamesa que presentó este proyecto.

La igualdad de género se ha convertido en los últimos tiempos en un tema de intensa actualidad y sensibilidad que alarma intensamente a la comunidad internacional. “Estas farolas solares protegen a las más vulnerables entre los vulnerables que son las mujeres y las niñas en los campos de refugiados. La falta de luz provoca que muchas de ellas no se atrevan a salir porque temen ser víctimas de abusos o violaciones que ya han vivido en su éxodo”, advierte Vázquez en su vídeo.

 


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