Madrid / 9 de marzo de 2020
Desde muy joven supe que para conseguir una plena realización como persona era esencial conseguir la independencia económica. Para ello, el mejor camino es adquirir una buena formación, plantearse una meta profesional y trabajar duro para alcanzarla.

Consejera de Siemens Gamesa
Gloria Hernández
En mi caso, esa opción profesional fue la Administración Pública -las oposiciones a Técnico comercial y Economista del Estado- porque, siendo mujer, me pareció el camino más seguro para alcanzar mi objetivo. El sector público tenía fama, ya entonces, de no discriminar: los mejores puestos siempre son para los mejor preparados, independientemente del género.
Cuando años después me incorporé al sector privado opté por el mundo financiero, un mundo mayoritariamente masculino. Tengo que reconocer, no obstante, que nunca he dejado que este hecho influyera en mi carrera profesional ni que me restara posibilidades. Dedicando tiempo y esfuerzo siempre he conseguido alcanzar mis objetivos.
A lo largo de mi carrera he tenido la oportunidad de formar parte y de liderar muchos equipos, y he comprobado que cuánto más diversos son -en edad, género, experiencia, formación…- mejores resultados se alcanzan y, por tanto, mayor garantía de éxito ofrecen.

Un Consejo con diversidad de género va a tener mejores y más exhaustivos debates y una mayor amplitud de miras que favorecerá su labor de supervisión y control de la gestión de la compañía.
Respecto a mi caso en concreto, la propuesta de formar parte del Consejo de Gamesa, ahora Siemens Gamesa, fue un gran reto. Suponía pasar de desempeñar un rol como ejecutiva de la primera línea directiva de una entidad bancaria, a ser miembro de un Consejo de Administración de una empresa industrial integrada mayoritariamente por hombres, todos ellos con una gran trayectoria como consejeros.
Afortunadamente, mi experiencia como Directora General Financiera me había permitido tener una gran exposición al Consejo y eso me ayudó a entender mejor lo que se esperaba de mí como consejera. Por otra parte, siempre he pensado que mediante el estudio y la dedicación uno puede alcanzar aquellas metas que se proponga, por difíciles que parezcan. En el caso de este Consejo, mi objetivo era y, sigue siendo, hacer un buen papel como consejera de la compañía y ser capaz de aportar un valor añadido, para el que no escatimo en tiempo ni esfuerzo.
La fusión con Siemens Wind Power, además de permitir la creación de una empresa líder en el sector eólico, incrementó sustancialmente la presencia de mujeres en el Consejo, al tiempo que mejoró su diversidad geográfica y la experiencia y capacidades de sus integrantes, lo que ha permitido generar un diálogo constructivo dentro de este órgano, dar el apoyo necesario a la dirección y supervisar y controlar su desempeño.
Con todo ello, quiero animar a todas aquellas mujeres en posiciones ejecutivas que han pensado alguna vez en contribuir con su experiencia a un Consejo, para que luchen por su objetivo. Si realmente están bien preparadas, antes o después lo van a conseguir.