“Europa puede impulsar una nueva estrategia industrial y social para una transición justa”
Madrid / 12 de marzo de 2020
Malgosia Bartosik, CEO adjunta de WindEurope, profundiza sobre el camino a seguir por el sector eólico y su importancia en el cambio climático. Con una trayectoria profesional envidiable, Malgosia analiza las estrategias que debería tomar la Comisión Europea para ayudar a que esta industria sea aún más sostenible. La sostenibilidad del planeta es responsabilidad de todos y, por ello, apuesta por la cooperación de los actores más importantes.
Cuando tenía 25 años trabajé durante seis meses en la Comisión Europea en Bruselas a través de un programa de becas. Durante este tiempo me enamoré de la ciudad y decidí que quería seguir allí. Así que, en 2004, empecé en WindEurope como becaria. Antes de esto, estuve trabajando para el Instituto Polaco de Cultura, porque mi vocación siempre ha sido organizar y promover actividades culturales. De hecho, quizás algunos recuerden que solíamos empezar las conferencias con un elemento cultural. Contratábamos bailarines, músicos y otros tipos de artistas para comenzar con una actuación. ¡Esta era mi manera de justificar por qué estaba haciendo energía cuando se suponía que mi vida giraba en torno al arte!
Gracias a mis compañeros, me empezó a apasionar el viento poco después. 16 años después, sigo yendo a WindEurope con una sonrisa y con muchas ganas de trabajar, además de muchas ideas en la cabeza sobre temas en los que podríamos estar trabajando.
Para empezar con algo más positivo, la gente, sobre todo los jóvenes, ya son más conscientes del cambio climático y el impacto que tiene en las personas y en el planeta. En consecuencia, hay más presión sobre los gobiernos para que actúen.
Vamos por el buen camino, con el Pacto Verde Europeo o la Ley del Clima, pero el CO2 no tiene pasaporte y necesitamos que todo el mundo se involucre. Hace falta unos compromisos fuertes y la cooperación entre todas las partes: los políticos, la sociedad civil, las ONG, las industrias, etc.
Las grandes compañías como Google, Facebook, Amazon o IKEA también juegan un importante papel. Además de poder obtener su energía a partir de fuente renovables, también pueden ser impulsores del cambio entre sus millones de clientes. Actualmente estamos creando un grupo de trabajo sobre comunicación estratégica con estas compañías para aprender de ellos y ver cómo podemos trabajar juntos y, de este modo, mejorar la comunicación sobre el clima y el compromiso social.
La transición tiene que ser comunicada homogéneamente y de una forma justa e inclusiva. Cuando nos esforzamos por entender los temores de la gente, que suelen venir de la falta de información, es más fácil abordarlo. Las comunidades locales también juegan un importante papel y tenemos que hacer que sean parte integral del desarrollo de nuestro proyecto.
A principios de año, la Comisión Europea presentó una estrategia financiera para desarrollar el nuevo Pacto Verde. ¿Crees que es suficiente o necesitamos mecanismos adicionales?
El Plan de Inversión para una Europa Sostenible es más ambicioso y está mejor organizado que las anteriores iniciativas de inversión europeas. Es noticia excelente noticia para Europa, el clima y la energía eólica. La Comisión ha establecido un Plan que puede cumplir con el desafío de la transición energética a través de la combinación de las distintas fuentes financieras que ofrece.
También estamos esperando un Mecanismo de Transición Justa que sea fácil de usar y que desbloquee rápidamente las inversiones para los proyectos donde más se necesite. Esto aseguraría una transición justa que genere empleo para los europeos.
En tu opinión, ¿qué tendencias tecnológicas darán forma al sector eólico europeo en los próximos años?
Fundamentalmente, me voy a referir a tres grandes tendencias: electrificación integración al sistema y PPAs.
Respecto a la electrificación, cabe señalar que la electricidad es sólo el 25% de toda la energía que consumimos actualmente en Europa. El resto (el transporte, la calefacción o la refrigeración) se alimenta de fuentes de energía no renovables. Para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, necesitamos aumentar la proporción de electricidad en el mix energético más de un 60% para 2050, además de asegurarnos de que la mayor parte de esta electricidad provenga de fuentes renovables. Necesitamos nuevos desarrollos tecnológicos para que esto suceda con éxito.
En cuanto a la integración del sistema, necesitamos un mayor desarrollo justo, transparente y sostenible de la red para permitir el incremento de las energías renovables y lograr la descarbonización total de la economía.
Por último, en referencia a los PPAs, si un mayor número de empresas compran electricidad directamente de los parques eólicos impulsará la transformación del sistema energético hacia uno que esté más dirigido por la demanda que por la oferta, suministrando electricidad barata a la industria pesada y a otros sectores que la necesiten.
La mayoría de los parques eólicos europeos están llegando al final de su vida útil. ¿Qué se necesita para que la repotenciación de los parques termine de arrancar en Europa?
Las regulaciones y políticas sobre la repotenciación deben incluirse en los Planes Nacionales de Energía y Clima que los gobiernos nacionales presentan a la Comisión Europea. También está el tema de los permisos. En algunos países, no es posible repotenciar los parques eólicos porque la legislación relativa a los permisos es compleja y poco favorable.
Otra tema importante para la industria eólica es trabajar en el reciclaje. Las turbinas ya tienen una tasa de reciclaje entre 85% y 90%. Que las turbinas sean 100% reciclables es una tarea importante para la industria y vamos por buen camino. La mayoría de sus componentes (cimientos, torres, componentes de la caja de engranajes y el generador) son reciclables.
Las palas de los aerogeneradores son las que representan un mayor desafío. Están fabricadas con materiales compuestos que aumentan el rendimiento, pero que no se pueden reciclar completamente. Hoy en día, el sector eólico utiliza aproximadamente 2,5 millones de toneladas de material compuesto a nivel mundial.
La industria eólica produce menos residuos compuestos que otras, como el sector de la construcción, el transporte o la electrónica, a la vez que genera energía limpia. Un mayor desarrollo e industrialización de tecnologías alternativas como la solvólisis y la pirólisis proporcionará al sector eólico de soluciones adicionales para las palas que lleguen al final de su vida útil, y permitirá a la industria suministrar turbinas con cero residuos.
La eólica ya se ha asociado con la industria química y de compuestos para encontrar soluciones efectivas. WindEurope, Cefic (el Consejo Europeo de la Industria Química) y EUCIA (la Asociación Europea de la Industria de los Compuestos) han creado una plataforma intersectorial para avanzar en nuevos enfoques del reciclaje de las palas de las turbinas eólicas. A finales de este año, WindEurope acogerá la segunda edición de EOLIS, la Conferencia sobre Cuestiones y Estrategias para el Fin de la Vida.
La Unión Europea debe dar prioridad a la financiación de la investigación y la innovación para diversificar y ampliar las tecnologías de reciclaje. Esto es fundamental para el liderazgo tecnológico de Europa al embarcarse en una transición energética sostenible a nivel mundial.
Europa debería ser el líder. Tiene que demostrar que no sólo es posible tener ambición y llegar a ser “cero emisiones”, sino que también puede ser el motor de una nueva estrategia industrial y social, impulsando las industrias europeas y haciendo que la transición energética sea justa y equitativa para todos los europeos.
