El desafío diario de los técnicos de servicio de offshore: el mar y el coronavirus

Londres / 9 de julio de 2020

Mucho antes del nacimiento de la pandemia, la vida de los técnicos de servicios offshore de Siemens Gamesa ya estaba lejos de ser simple. Ya sea desafiando el agitado viento del océano y sus turbulentas olas para desplazarse regularmente desde su casa, en tierra firme, hasta su trabajo, en alta mar, a través de un barco de transferencia, o llegando a los emplazamientos eólicos mientras se encuentran desplegados durante semanas en un gran buque de apoyo, la complejidad logística y el gran riesgo al que se enfrentan, forman parte de su gran labor. Las condiciones climáticas variables exigen su atención constante, así como las pruebas diarias que realizan a grandes metros de altura. Añada a toda esta ecuación un patógeno altamente contagioso y potencialmente mortal. Entonces, el desafío profesional que supone mantener encendidas las luces de todo el mundo adquiere una dimensión completamente nueva.
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Mayor tiempo en el mar
Para los técnicos de buques de operaciones de servicio (SOVs) de Siemens Gamesa, el proceso es aún mucho más riguroso. Cada empleado debe someterse a un test de la Covid-19 antes de embarcar. “Realizamos pruebas de detección y aislamos a los equipos SOV mientras esperan los resultados, que pueden durar entre doce y veinticuatro horas, dependiendo de la ubicación”, explica Mark Wright, jefe de HSE para Operaciones Offshore, servicio para la región del Norte de Europa y Oriente Medio. “Después de todo, lo último que queremos es que el contagio se de en uno de los barcos. Cuando suben a bordo, sin embargo, son capaces de relajarse mentalmente sabiendo que todas las personas del barco con las que pasarán las próximas dos o cuatro semanas han dado negativo. Como, además, no se permite subir a nadie más a bordo mientras navegan, su riesgo de contagio e infección es básicamente nulo”, afirma Mark.
Por encima de todo, la seguridad
“Durante los tiempos de Covid, la salud y la seguridad de nuestros equipos sigue siendo nuestra principal prioridad”, afirma contundente Dennis Thorlund Elsberg, responsable de Gestión de Calidad, Salud, Seguridad y Medio ambiente en la región de Europa del Norte y Oriente Medio. “La pandemia nos ha obligado a replantear desde cero nuestros procesos y a adaptarnos rápidamente”.

Un ejemplo claro podemos verlo en la tripulación, que transfiere los buques que llevan a los técnicos a los parques eólicos offshore. Antes de subir a los barcos y de equiparse en los vestuarios, cada técnico debe tomarse la temperatura en la oficina de tierra, lo que ahora se hace además de acuerdo con unos horarios de inicio escalonados, para reducir aglomeraciones. Los técnicos se mantienen al menos a dos metros de distancia cuando se dirigen a los barcos y, para permitir un distanciamiento social adecuado mientras están a bordo, los barcos tienen menos de la mitad del aforo permitido cuando salen de la costa. Además, cada tripulación lleva consigo el equipo de protección personal adecuado: mascarillas, guantes y gafas selladas.

“Adaptarse a estos cambios supone algo fuera de lo normal para nuestros técnicos, pero cada equipo nos transmite su agradecimiento por la implementación de protocolos adicionales dadas las circunstancias, ya que eso les hace sentir más seguros y les permite continuar con sus labores”, continúa Dennis.
Las turbinas offshore no suelen estar equipadas con instalaciones sanitarias
La organización de Siemens Gamesa para hacer frente a la crisis sanitaria en una etapa temprana está generando buenos resultados. Cuando dos de los técnicos de servicio dieron positivo de Covid-19 en Alemania, ambos eran portadores asintomáticos del virus. Ahí fue cuando Siemens Gamesa pudo asegurar a la autoridad portuaria local que nadie más de la tripulación había sido infectado, gracias a los rígidos procedimientos de aislamiento que se aplicaron durante las pruebas. Aunque las regulaciones marítimas suelen estipular un período de cuarentena de, al menos, dos semanas en casos como éste, el SOV pudo partir hacia el parque eólico en el mismo día, ahorrando así una gran cantidad de dinero que aún tendría que ser pagada diariamente por un barco alquilado y varado, y manteniendo a los técnicos a salvo y libres del contagio.
La crisis que impulsa la innovación
Las necesidades de mejorar las condiciones de higiene para evitar la propagación del Covid-19 claramente lleva consigo un impulso en la innovación. Las turbinas offshore no suelen estar equipadas con instalaciones sanitarias, y sin el acceso al agua corriente, los técnicos de servicio no pueden lavarse las manos adecuadamente cuando se encuentran en cada unidad. Dado que el lavado frecuente de manos es un factor clave de prevención frente a la propagación del virus, los técnicos son pioneros en el uso de fregaderos portátiles en dicho lugar. Un ejemplo es un fregadero autónomo que calienta el agua a 40 grados centígrados y que también captura las aguas residuales asociadas. Los equipos de Siemens Gamesa han proporcionado una respuesta inicial positiva, y este elemento innovador podrá permanecer incluso cuando la crisis de la Covid-19 solo quede en nuestra memoria.

Recrear la “burbuja” de un SOV libre de virus para los sitios que emplean naves de transporte de tripulación es otra idea intrigante que se ha sugerido en este cuadro de innovación. Debido al tiempo necesario para obtener los resultados de las pruebas - entre medio y un día completo – no es práctico probar con las tripulaciones que viajan de ida y vuelta entre el trabajo y su casa todos los días. Además, una vez que salen del trabajo, se exponen a otros innumerables riesgos de infección, ya sea en el viaje en autobús a casa o mientras pasan tiempo con sus familias. ¿Sería posible crear un compuesto libre de Covid-19 cerca del parque eólico offshore, donde los técnicos de servicio se registren para ciclos más largos de una o dos semanas, similar a un SOV? Si es así, esta podría ser otra innovación que perduraría más allá de la crisis sanitaria inmediata, debido a los muchos beneficios que ofrece a nuestras tripulaciones.

“Innovaciones como estas nos ayudarán, en última instancia, a satisfacer mejor las necesidades de nuestros clientes durante un momento crítico como este e incluso más allá de esta pandemia”, afirma Dennis. “Seguiremos haciendo lo que sea necesario para que la energía siga fluyendo y, para garantizar la seguridad de nuestros trabajadores”, concluye.

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