Niñas y niños jugando al fútbol en Mae Sot (Tailandia)

Unidos por el fútbol y la igualdad

Creación de oportunidades para la infancia de Tailandia

Mi viaje a "Green Island"
Lisa-Marie von Raepke es una de las impulsoras de nuestra iniciativa de responsabilidad social corporativa “SGRE impact”, que financia proyectos de acción social en todo el mundo. A finales de marzo, viajó a Mae Sot, en Tailandia. Acompañemos a Lisa-Marie en este viaje e inauguremos un campo de fútbol y un centro comunitario.
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¿Quieres obtener más información sobre “SGRE impact”? ¿Te interesa el proyecto “Green Island”, desarrollado en Tailandia y financiado por Siemens Gamesa? No dudes en ponerte en contacto con nosotros.

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Despegamos

Mae Sot: nos vamos lejos de casa
Lisa-Marie von Raepke, Siemens Gamesa
Treinta horas después de despegar de Hamburgo, escala en Bangkok incluida, la pequeña aeronave de hélice de Nok Air aterrizó sin incidentes en Mae Sot. Este viaje a la parte occidental de Tailandia se debía a que íbamos a celebrar un gran hito de uno de los proyectos de nuestro “SGRE impact”: la organización local asociada PlayOnside nos había invitado a inaugurar el campo de fútbol y el centro comunitario construidos con la financiación de nuestro proyecto y había organizado un torneo de fútbol que se celebraría a lo largo de todo el fin de semana para las niñas y los niños de la comunidad.

PlayOnside

Igualdad a través del fútbol en Tailandia

PlayOnside se fundó en 2013 con los siguientes objetivos primordiales:

  • Reunir a través del fútbol a todas las comunidades de Mae Sot, una ciudad tailandesa fronteriza con Myanmar con una importante población migrante y refugiada;
  • Ofrecer a las niñas y los niños oportunidades en pie de igualdad para jugar, con independencia de sus orígenes étnicos, culturales o socioeconómicos;
  • Eliminar los prejuicios basados en el género que impiden a las niñas participar en la sociedad y, más en concreto, en el mundo machista del fútbol, alentando a los docentes y a los equipos directivos a dar a las niñas las mismas oportunidades que a los niños;
  • Empoderar a través de la participación, proporcionando a los líderes locales jóvenes las herramientas necesarias para aplicar el programa de fútbol y educación PlayOnside en sus propias comunidades locales.

De este modo, la organización crea oportunidades profesionales para las personas locales, en vez de trabajar con voluntariado de otros lugares, y proporciona así estabilidad a aquellas niñas y niños cuyas vidas ya están sometidas a una enorme incertidumbre. Gracias a su humilde enfoque y su sólida ética de trabajo, PlayOnside ha ido creciendo hasta convertirse en una de las organizaciones deportivas más influyentes de la frontera entre Tailandia y Myanmar en los últimos seis años.


Personalmente, estoy deseando observar la evolución de la continua labor de PlayOnside y el progreso del proyecto “Green Island”. Además, estoy muy orgullosa de nuestra iniciativa “SGRE impact” y me emociona ver que invertimos en causas tan enriquecedoras.
Lisa-Marie von Raepke: empleada de Siemens Gamesa perteneciente al equipo de responsabilidad social corporativa
Lisa-Marie von Raepke

Experta en responsabilidad social corporativa de Siemens Gamesa

Green Island

Inauguración del campo de fútbol y el centro comunitario
Un refugio en medio de un vertedero

Cuando salimos del pequeño aeropuerto, recibimos la cálida bienvenida de Ole Michelsen, gestor de proyectos de PlayOnside, que sería nuestro guía durante las tres semanas siguientes. Para que nos familiarizásemos con el entorno, nos llevó a hacer un amplio recorrido por Mae Sot que finalizó en el vertedero local, justo en las afueras de la ciudad, que es donde se desarrolla nuestro proyecto “Green Island”.

Las personas que viven en esta comunidad son migrantes o refugiadas procedentes del cercano país de Myanmar que recogen plásticos del vertedero, los limpian y los revenden para ganarse la vida. Pasamos por delante de grandes secadoras en las que se escurría el material que había sido recogido, un enorme almacén lleno de trozos de plásticos y pequeñas cabañas hechas de chapas corrugadas y de varas de madera, desde cuyo interior nos sonreían y nos saludaban.

Cuando la camioneta se detuvo, nos encontramos justo al lado de un enorme espacio cuadrangular que se había transformado en un gran campo de fútbol de tierra. Allí había niñas y niños de distintas edades que se entretenían jugando al fútbol y se acercaron a saludarnos. Ole y el grupo de muchachos nos mostraron con orgullo el recién construido centro comunitario, hecho de material sostenible, el cual también se había creado gracias a la financiación de “SGRE impact”.


Primer día: mucho fútbol y aprendizaje lúdico

A primera hora de la mañana siguiente, todo el cuerpo técnico nos invitó a un delicioso desayuno local birmano y tailandés en el barrio musulmán de Mae Sot.

Los entrenadores examinaron el programa del día una última vez antes de dirigirse a Green Island: los chicos empezarían el torneo con algunas actividades lúdicas dirigidas a fomentar el espíritu de grupo y luego se dividirían en ocho equipos, cada uno de ellos formado por siete niñas y niños de distintas edades. Cada equipo representaría un determinado país del mundo, debería dibujar la bandera nacional adoptada, aprender aspectos básicos sobre su cultura y averiguar cómo se saluda en el idioma local.

A mediodía, los muchachos se refugiaron del calor a la sombra del centro comunitario y comieron el arroz con verduras especiadas y patas de pollo que habían preparado las mujeres de la comunidad. A la tarde, cuando por fin había llegado el momento de jugar un poco al fútbol, los primeros equipos nacionales se enfrentaron entre ellos.


Segundo día: un gran final para un evento fantástico

El día siguiente volvió a empezar temprano para aprovechar el tiempo al máximo antes de que el sol de mediodía hiciese insoportable estar al aire libre. Los equipos jugaron con pasión, mientras los niños y los padres que se amontonaban en las bandas los animaban con entusiasmo. El último partido del torneo habría sido inaudito en una Copa del Mundo “real”: ¡la India contra Noruega! Después de un duro partido, los equipos empataron. Todos los jugadores recibieron una medalla, una gorra de Siemens Gamesa, y los equipos ganadores compartieron el trofeo dorado.

Para cerrar el torneo, las mujeres de la comunidad jugaron contra las entrenadoras en un partido muy reñido que concluyó con una sorprendente victoria de las mujeres de la comunidad. En resumidas cuentas, el torneo fue todo un éxito para las niñas y niños, y también para los padres. Al final, una madre se acercó a Ole y Javier para confesarles que hacía mucho tiempo que no veía a su hijo tan contento y para compartir con ellos lo agradecida que estaba por la labor de PlayOnside. Esos comentarios fueron un gran final para un evento fantástico.

Galería de imágenes

Gran hospitalidad y ganas de vivir

Debo decir que esos días en Mae Sot han dejado en mí una huella duradera, sobre todo gracias a la oportunidad de reunirme con los miembros de la comunidad local y de disfrutar de su gran hospitalidad y alegría de vivir, que compartieron con generosidad a pesar de su difícil situación vital. Fue muy especial poder comprobar de primera mano la felicidad y el orgullo que aporta el programa de fútbol de PlayOnside a estas niñas y niños, así como a sus padres.

Igual de impresionante fue ver la dedicación de todos los representantes de PlayOnside (Ole, Javier y todos los entrenadores locales) para mejorar las vidas de estas niñas y niños y, al mismo tiempo, para mejorar las condiciones de las comunidades de migrantes y refugiados de Mae Sot.


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