En los últimos años, hemos observado una fuerte demanda global de formas de trabajo más flexibles.

El mundo laboral está en transición mientras nos adaptamos a las nuevas normas de trabajo. Un modelo de trabajo híbrido puede ser bueno para la productividad, la inclusión y la motivación. El trabajo híbrido proporciona autonomía y elección a los empleados. Pueden combinar el trabajo en casa para las tareas que requieran concentración y autonomía, con el trabajo en la oficina para la colaboración y la conexión.

La inclusión, la confianza y la responsabilidad deben estar en el centro de esta forma de trabajo flexible.

Mucha gente cree que la pigmentación de la piel refleja la pertenencia a una raza. Y sin embargo, esa noción, en el caso de nuestra especie, carece de sentido. Porque desde un punto de vista biológico, las razas humanas no existen. El color de los seres humanos actuales es el resultado de una compleja secuencia de eventos biológicos y demográficos, y no es posible delimitar biológicamente unos grupos y otros.

No puede negarse, sin embargo, que el concepto popular de “raza” está sumamente arraigado en muchas sociedades y ha dado lugar a movimientos políticos altamente degradantes.

En su forma más teórica, la equidad racial en el lugar de trabajo significa que la “raza” de una persona no influye de ninguna manera en su trato o promoción. Significa que todas las políticas y prácticas laborales se aplican por igual a todos los empleados. Sin embargo, las políticas pueden parecer neutrales, pero seguir dando un trato desigual a los grupos menos representados. Las personas que de raza negra son las que experimentan más riesgo de sufrir prejuicios, seguidos por las de origen latino y asiático. Sin embargo, incluso las personas que no experimentan directamente los prejuicios se ven afectadas negativamente al observar que otras son tratados injustamente. Cada día, todos y cada uno de nosotros podemos oponernos a los prejuicios raciales y a las actitudes intolerantes.